La comunicación, un instrumento clave de la innovación
Una de las claves del éxito del proceso innovador, es una buena comunicación. Probablemente nadie duda de ello, teniendo en cuenta todo lo que conlleva el concepto en sí de comunicación: difusión, promoción, divulgación, transmisión de la idea, generación de información. Un amplio abanico de actividades que, de una manera u otra, forman parte en algún momento de ese proceso.
Pero es evidente que esta aseveración no concuerda con la realidad cuando nos encontramos con la realidad: entidades de innovación cierran sus puertas ahogadas por las deudas.
El error de muchos agentes de la I+D+i es no reconocer la importancia de la comunicación a la hora de obtener éxito en el proceso innovador.
Anclados muchos de ellos en el uso de una comunicación offline -y algo del online gracias a sus páginas webs-, encallados en el sistema tradicional (emisor-mensaje-receptor) presuponen que la innovación no necesita de la comunicación para su desarrollo.
En este sentido, y a manera de justificación, podrían ser varios los motivos por los que no se le reconoce su importancia. Entre las razones: la falta de conocimiento o de interés, la escasez de recursos humanos y económicos, la no comprensión de la relevancia de su papel, entre otros.
Ya no es factible solo el uso de la nota de prensa por el aniversario de la entidad, o la organización de un evento, ni tener una página web o utilizar las redes sociales. Si no existe una buena planificación estratégica de la comunicación con objetivos claros de promoción, difusión, y en definitiva, venta del producto innovador, el resto no tiene sentido.
¿Por qué es necesario el cambio?
- Porque las entidades públicas han disminuido su ayuda a la financiación y los agentes de la I+D deben buscar vías alternativas (capital privado).
- Porque los organismos públicos tanto europeos como españoles exigen mayor y mejor promoción de los proyectos aprobados financiados por ellos.
- Porque la alta competitividad entre los agentes de la I+D repercute negativamente en sus carteras de clientes y en sus cuentas.
La innovación es tendencia
La innovación forma parte de nuestro día a día. Está de moda. En muchos aspectos, lo ha invadido en exceso, y la palabra, que no el concepto, empieza a mal usarse. Ya todo es innovador: el yogur, las plantillas de unos zapatos, la crema de afeitar, incluso un lápiz.
Los grandes medios de comunicación reconocen la importancia de la innovación tecnológica y cuentan con suplementos como los de El Mundo y El País o incluso medios digitales especializados en la materia, Innovaticias. Saben que el público demanda este tipo de información.
El mundo digital ofrece una facilidad innegable que ya muchos usan para su propio beneficio. Las plataformas de crowdfunding están siendo un claro ejemplo de cómo muchos innovadores y start-up utilizan esta “ventana” para darse a conocer y para implicar al público en ese proceso innovador (co-creación).
Estos pocos argumentos, y algunos otros más, podrían servir de baza para entender que la comunicación es sumamente importante y que es un instrumento eficaz para el éxito de la innovación.
¿Es caro comunicar innovación de una forma efectiva?
No. Resulta mucho más caro no comunicar o comunicar mal. ¿Cuántas innovaciones fracasan por no haberse comunicado?, ¿cuántos proyectos no consiguen de nuevo financiación pues no han sabido transmitir todo el trabajo realizado? Desde este punto de vista, es barato implementar una buena estrategia de comunicación.
De la misma manera que para el desarrollo de un prototipo se cuenta con ingenieros especializados en la materia, ¿por qué para difundir los resultados obtenidos de su fabricación o diseño no se contratan a profesionales de la comunicación? El error está en no entender que desde la generación de la idea hasta la comercialización del producto existe un proceso donde es necesario igual esfuerzo e igual implicación.