Un año de Silvia Silva Comunicación: consejos desde mi experiencia
Hace un año y fue Facebook el que ayer me recordó el primer aniversario de la web silviasilvacomunicacion.com. Mi primer año como emprendedora. Si no hubiera sido por ÉL no me habría dado ni cuenta. 365 días dan para mucho, sobre todo para saber, en tu propia piel, que esto de emprender no es fácil.
Aunque ya lo dicen por ahí los expertos en la materia que para empezar de cero hay que tener valor, y algunos amigos me dicen «valiente», creo que aquí lo que importa es tener CONSTANCIA.
Ha sido un año de altibajos, donde algunas veces parece que te vas a comer el mundo, y otras, que el mundo te come a ti. Supongo que a todos los que han pasado por aquí, les ha sucedido lo mismo.
No estoy mal, pero espero seguir creciendo. Me he dado cuenta que aquí las cosas van más lentas de lo que uno quisiera. Que la suerte no se encuentra, se busca. Que debes trabajar mucho para conseguir algo. Y que aún tengo mucho que aprender de emprender.
Va por delante que no soy experta, ni gurú, ni lo pretendo ser, pero me gustaría compartir con vosotros estos consejos para aquellos navegantes que estén leyendo estas líneas.
7 CONSEJOS PARA EMPRENDER
Esta es una lista no completa de recomendaciones para los que quieran emprender y estén en el punto de partida en el que yo estuve hace un año. Consejos incompletos pues ha sido poco tiempo y el olfato me dice que aún tengo que seguir rellenando la página de mi emprendimiento de experiencias y vivencias.
1.- Saber lo que quieres
Pues parece evidente, pero para algunos no lo es.
He encontrado en este corto camino que muchos emprenden porque no tienen otra salida. Buscar empleo no les está dando su fruto, no quieren seguir parados y no saben qué hacer. Deciden, emprender. Desde mi punto de vista, es un gran error porque el emprendimiento es duro y complicado. Si no lo tienes claro, sigue buscando trabajo.
2.- No desanimarte a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera
No tirar la toalla por muchas veces que ésta se caiga. La recoges, la sacudes y vuelta a empezar. Si estás aquí porque crees en ti y en tus opciones, no te desanimes. Ten el convencimiento de que más tarde o más temprano llegará tu oportunidad. Sigue ese camino que has emprendido reforzándote cada día en lo que crees.
3.- Dejar las vergüenzas a un lado
La timidez no está hecha para el emprendedor. Recuerdo concretamente una vez que tenía puestas mis miras en conocer a una persona que creía me podía ayudar. Estuve en varios eventos y no encontraba el momento. Pero un día se dio, y gracias a otra persona, me lo presentaron.
No me considero vergonzosa pero ciertamente me cuesta algunas veces, tal vez por miedo al ridículo, dar el paso hacia delante. Pero gracias a esa determinación y saber que era lo importante, no me arrepiento ahora de dejar las vergüenzas a un lado.
4.- Testear: prueba y error
Aquí es mejor someter a prueba lo que hagas sin dar nada por certero. Lo que en tu vida profesional como asalariado te ha podido valer como emprendedor te darás cuenta de que no.
Dejar la mente abierta y gestionar tus equivocaciones como oportunidades, y los aciertos como decisiones que te refuerzan en tus convicciones.
5.- Proponer mucho y disponer poco
Un emprendedor es un generador de ideas. Al estar siempre testeando para saber qué es lo que funciona y qué es lo que no, debes pensar en nuevas formas, en nuevas opciones, en nuevas propuestas para tu emprendimiento. Me he dado cuenta en este año que es algo que no he potenciado en mi vida profesional y que puedo ser buena en ello, si lo ejercito. Generar ideas de valor me está reportando beneficios no sólo económicos sino emocionales.
No dejar a un lado tu poder de creación y de inventiva, y hacerte fuerte en ese aspecto. Tus clientes siempre lo agradecerán y tú te sentirás más satisfecho.
6.- La constancia como tu mejor aliado
Lo he comentado al principio del artículo y lo recalco ahora, más que la valentía aquí lo que vale es la constancia. Esa perseverancia en ti y en tu proyecto puede ser la clave del éxito. Muchos valientes han claudicado cuando no han superado el primer escollo.
7.- Grita, llora, ríe… sé persona
Dejar fluir las emociones es muy importante si queremos seguir «vivos» en el emprendimiento. Me he visto algunas veces durante este año impidiéndome a mí misma flojear o entristecerme cuando algo no me salía bien, obligándome a no desvanecer. Creo que eso es un error. La debilidad no es más que una etapa en este proceso de crecimiento profesional, y hay que verla como tal.
Me prometo escucharme más, en este sentido, para el próximo año.
Ahora, voy a por el segundo año que espero sea, como mínimo, como el primero. Sigo creyendo en la necesidad de que la comunicación es fundamental para la innovación y ese es mi camino.